Si algo queda claro es que antes de casarte debes conocer muy bien a la persona y saber si vuestro matrimonio será algo que durará un abrir y cerrar de ojos o si por el contrario os marcaréis un Paul Newman - Joanne Woodward. Sin embargo, a nuestras celebs parece que el tema económico no les supone un gran esfuerzo y después de firmar divorcios multimillonarios, vuelven a casarse y repetir los mismos errores (Phil Collins es ya un experto en la materia).
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Las causas de estos divorcios son de lo más variadas. Mel Gibson tuvo que pagarle a su mujer nada más y nada menos que 425 millones de dólares después de que la policía lo arrestara por conducir bajo las influencias del alcohol. Otro tipo de adicción también muy común en Hollywood es la adicción al trabajo. El matrimonio se casó en 1980 y se separó en 2001, tras casi 5 años de trámites legales.
Los llamados workaholics como James Cameron también suelen cansar mucho a sus mujeres y por ello ellas les abandonan, como Linda Hamilton que tras sólo 2 años de matrimonio con el rey de las superproducciones, decidió poner punto y final a su relación pero eso sí, reembolsándose unos 50 millones de dólares. Si por 2 años con Cameron consiguió 50 millones, quién diría cuánto le habría sacado por unos añitos más. Guy Ritchie debió de decirle algo parecido a Madonna porque la reina del pop entre gira mundial y gira mundial le dio tras su divorcio 92 millones de dólares.
Pero una de las causas más habituales es la infidelidad. Tiger Woods fue pillado in fraganti por todo el mundo y su matrimonio se resintió, como cabría de esperar. La pobre Elin Nordegren tuvo que dejar a su marido llevándose a sus dos hijos en común y 100 millones dólares para curar su destrozado corazón. Pero como te decíamos, Tiger no es el único al que la infidelidad le ha salido cara, Ted Danson (sí, el de Cheers o Tres hombres y un bebé) le puso los cuernos a su mujer con Whoopi Goldberg y el tema se sentenció con 30 millones.
