“La parte alta de la espalda, los hombros y la zona del romboide son las más afectadas por el estrés y la ansiedad”, nos cuenta Shadia Ward, masajista especializada en el Beach Club Higuerón en Benalmádena (Costa del Sol). “Muchas personas con vidas aceleradas o que han tenido recientemente un ataque de ansiedad vienen con tensión acumulada en esa zona. A veces incluso sin darse cuenta”, añade.
¿Se puede ver la tensión acumulada a través de un masaje?
Según esta profesional del masaje corporal, el cuerpo habla, aunque la ciencia no siempre lo recoja como tal. “A través del masaje puedes leer cómo está una persona. No lo digo desde la evidencia científica, sino desde la experiencia: muchas contracturas tienen un origen emocional, y cuando se liberan, hay quien incluso llora de alivio”.
Y no es raro que esto pase. Ella misma ha vivido cómo una sesión de masaje se convierte en una especie de terapia emocional. “Cuando el cuerpo se relaja, la mente también se suelta. Y si has estado reprimiendo cosas, a veces simplemente salen”. Por eso, para quienes buscan liberar tensiones más allá de lo físico, Shadia recomienda un masaje descontracturante combinado con técnicas energéticas como el reiki. “No sustituye a la terapia psicológica, pero puede ser muy complementario. Es una forma más de cuidar tu salud mental y tu bienestar físico”.
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¿Cuánto debería durar un masaje para que sea reparador?
Para ella, la respuesta es clara: “al menos 50 minutos”. Menos tiempo es insuficiente si queremos que el cuerpo realmente desconecte. Y para evitar que la tensión se acumule de nuevo, lo tiene claro: “Llora si tienes que llorar, habla, enfádate si es necesario. No reprimas. El cuerpo somatiza lo que no decimos: lo refleja en dolores de espalda, rodillas, cervicales... Hay que desahogarse, hablar, ir a terapia si hace falta, pero también permitirte el autocuidado con algo tan básico y poderoso como un buen masaje”.