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1. Desconecta antes de dormir
Si bien es cierto que los dispositivos electrónicos son parte de nuestra rutina diaria: móviles, portátil, tablets... Estar utilizándolos justo antes de irnos a dormir puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar. ¿El motivo? Las pantallas sobre estimulan el cerebro, llegando a perjudicar así el descanso profundo. De hecho, las personas más felices optan por apagar sus móviles y en su lugar eligen actividades más tranquilas como leer, escribir o hablar con alguien cercano
2. Disfrutar de una rutina de sueño regular
No es cuestión de dormir más, sino de hacerlo con constancia y regularidad. No sé a ti, pero a mí el hecho de tener horarios constantes para ir a la cama a dormir y despertar, incluso los fines de semana, me ayuda en la calidad del sueño. Y un buen descanso al fin y al cabo está directamente vinculado a un mejor estado de ánimo, mayor claridad mental y una vida más equilibrada.
3. Cerrar el día con pensamientos positivos
Aprende a aceptar que todos nos equivocamos en algún momento, y céntrate en todo lo contrario: dedica unos minutos a recordar momentos agradables, éxitos o pequeñas alegrías que te sacaron una sonrisa. Hacer esto contribuye a cambiar el foco mental y ayuda a reducir el estrés acumulado.
4. Practicar la gratitud antes de dormir
La gratitud no deja de ser una herramienta muy poderosa capaz de cambiar tus emociones en un instante. Algunas personas llevan una especie de diario donde van apuntando todo aquello por lo que se sienten agradecidas; otras básicamente lo meditan o lo comentan con alguien cercano. Sea como sea, tener la capacidad de reconocer lo bueno que hay en tu vida te hace más consciente de tu bienestar, y, por tanto, más feliz y agradecido con lo que tienes.
5. Saber aburrirse sin querer llenar ese vacío
En muchas ocasiones, tenemos la necesidad de querer llenar cada segundo con algún tipo de plan o actividad. Pero lo cierto es que las personas más felices no tienen miedo al silencio ni a los momentos a solas haciendo 'nada'. Dejan que la mente se disperse y se relaje por un rato, sin necesidad de estar teniendo estímulos constantes. Por ello, aprender a encontrar comodidad en ese vacío puede ser más reconfortante de lo que piensas.
6. Soltar los pensamientos negativos
Por último, uno de los hábitos nocturnos que puede ayudarte a sentirte mejor pasa por soltar preocupaciones antes de irte a dormir. No se trata de dejarlas pasar ni de hacer como si no pasase nada, sino de intentar que no dominen tu cabeza justo antes de dormir. Crear un espacio mental para la tranquilidad contribuye a un buen descanso y rebaja la ansiedad.