Han pasado ya varios años desde que Rovira diera el salto a la gran pantalla con Ocho apellidos vascos y su vida ha dado un vuelco desde entonces. Además de la cantidad de puertas que se han abierto ante él en el plano profesional, en lo personal tampoco le ha ido nada mal, pues su relación con la actriz Clara Lago va viento en popa. Se conocieron gracias al cine y han podido compartir cartel de nuevo en Ahora o nunca, y por supuesto en su secuela de 8 apellidos vascos: 8 apellidos catalanes.
¿Quién es Dani Rovira?
Nació hace 36 años en el malagueño barrio de La Paz y se trasladó a Granada para estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Para pagarse sus estudios universitarios, trabajaba como cuentacuentos en una céntrica tetería de Granada, actividad que fue derivando poco a poco en la comedia, realizando monólogos en diversos bares de la ciudad. Gracias a esto, logró hacerse un hueco en la gira de Paramount Comedy, consiguiendo que contasen con él para participar en distintos programas de televisión como Nuevos cómicos, Con hache de Eva o el Club de la comedia.
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Su primer trabajo como actor le llegó en 2013, cuando Emilio Martínez-Lázaro le propuso protagonizar la comedia Ocho apellidos vascos, junto a Clara Lago, Carmen Machi y Karra Elejalde. Nadie puede negar que este proyecto ha supuesto un antes y un después en la vida de Rovira, pues gracias a su personaje de perfecto andaluz convertido en vasco por amor, hemos podido comprobar que detrás de un gran cómico se esconde también un actor. Por ello, la Academia de Cine Español quiso que Dani fuera el encargado de presentar la XXIX Gala de los Premios Goya, en la que además fue premiado por partida doble, con el Goya al Mejor actor revelación 2015 y recibiendo el beso de película que le dio su pareja Clara Lago. La academia quedó encantada con el trabajo de Dani como maestro de ceremonias y por ello contó con él para la siguiente edición. Pero es que ahí no queda la cosa porque hace unos días se anunciaba que también presentará la edición de los Goya de 2017.
Se confiesa emocional y visceral a partes iguales y admite que hacerle reír es tarea complicada. Otra de sus grandes debilidades son los animales, hasta tal punto que colabora activamente con una protectora canina de Málaga, para tratar de dar un hogar al mayor número de perros posible. Si echáis un vistazo a sus redes sociales, podréis conocer a dos simpáticos compañeros de fatigas de Rovira. Se trata de sus dos perros, Buyo y Carapapa, por los que siente auténtica debilidad.
Su último proyecto
Acaba de estrenar 100 metros en la que vuelve a coincidir con Karra Elejalde. La película ha supuesto un cambio de registro para Dani ya que se trata de un drama. En esta ocasión el malagueño se pone a las órdenes de Marcel Barrena para contar la historia de Ramón Arroyo un enfermo de esclerosis múltiple que fue capaz de superar los diagnósticos médicos que aseguraban que no caminaría más de 100 metros y fue capaz de incluso de acabar el Ironman de Barcelona, triatlón que combina carrera a pie, en bici y a nado.
El estilismo de Dani Rovira
Si algo no se le puede negar al actor malagueño es que desprende sencillez y naturalidad. La verdad es que el estilismo de Dani dista bastante del de su personaje de señorito andaluz, pues huye de la gomina y de los trajes y las camisas ajustadas.
Su prenda fetiche es el pantalón vaquero, ya que consigue sacarle de cualquier aprieto, combinándolo bien con zapatillas deportivas y camisetas básicas superpuestas o bien con camisas informales. Eso sí, las chaquetas son para él una de sus prendas más codiciadas y tanto en cuero como en vaquero apuesta por ellas.
Lo cierto es que cuando le toca ponerse un traje, no siempre ha acertado, pero hemos de decir a su favor que ha aprendido la lección a pasos agigantados demostrando que, si se lo propone, puede lucir un traje con mucho estilo, como sucedió en la alfombra rosa de los premios Goya. Si su sentido del humor nos enamora, una camisa blanca, un buen traje y una pajarita puede hacer que caigamos rendidas a sus pies..
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