Uno de los hábitos más comunes al volver de la playa o la piscina es recurrir a la exfoliación. No obstante, Estela Escohotado, maquilladora profesional en Avril, la marca francesa de cosmética ecológica y maquillaje bio, advierte de que puede ser contraproducente: “Volvemos de vacaciones con la piel más rugosa, con textura e incluso zonas que se están empezando a descamar. Entonces tendemos a exfoliarnos, pero la piel está muy frágil, incluso más finita. Lo recomendable es hidratarla y dejar que ella sola se regenere”.
La experta explica que la piel tarda 30 días en completar su ciclo de regeneración, por lo que este primer mes después del verano es muy importante para evitar exfoliaciones y centrarnos solo en la hidratación.
Cómo cuidar tu piel después del verano, según la experta
Tal y como explica la experta, existen tres normas que debemos cumplir a diario, no solo después del verano, sino durante todo el año: limpieza, hidratación y protección. Estas son, en sus palabras, las bases para que la piel funcione correctamente y se regenere por sí misma.
En la rutina de mañana, recomienda un limpiador muy suave y calmante, con activos como manzanilla o agua termal, seguido de un sérum antioxidante, por ejemplo con vitamina C, que ayude a proteger frente a la oxidación causada por la contaminación y otros factores externos. Después, una crema hidratante que incluya activos como ácido hialurónico y, para acabar, un protector solar, aunque en otoño se prefieran fórmulas más ligeras.
La importancia de la rutina nocturna
La rutina nocturna debe ser más reparadora. La experta sugiere una doble limpieza, primero con un bálsamo oleoso que disuelva maquillaje y protector solar, y después con un limpiador suave. Tras este paso, un sérum hidratante, como el ácido hialurónico, seguido de una crema más nutritiva y densa. “Por la noche la piel trabaja más, se regenera en fase REM. Todo lo que apliquemos en hidratación va a tener más efecto”.
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Extras semanales o mensuales
Además de la rutina diaria, la experta recomienda incorporar tratamientos complementarios de forma puntual:
1. Mascarillas nutritivas e hidratantes, una vez a la semana o cada dos.
2. Mascarillas purificantes suaves, como las de arcillas, aplicadas muy poco tiempo para limpiar sin agredir.
3. Peelings enzimáticos, en lugar de exfoliaciones físicas, para no erosionar la piel.
4. Brumas faciales con agua de rosas o agua termal, que pueden aplicarse varias veces al día para rehidratar y repulpar la piel.