Con el verano, el cuerpo se deshidrata con mayor facilidad y es importante encontrar fuentes de hidratación, minerales y proteínas para evitar los golpes de calor y la fatiga. Hay algunos alimentos que son imprescindibles por su contenido en agua, como la sandía, el melón o los tés helados; y otros recomendables por sus vitaminas, como la zanahoria -que te ayudará a ponerte morena- o las sardinas -que reducirán tu colesterol-.
Más allá de los alimentos comunes, existen otros muchos que bien consumidos, te ayudarán con los problemas típicos de las vacaciones de verano: el estreñimiento, la acumulación de toxinas, las diarreas por cambios de agua o el insomnio por el calor se pueden combatir con aguacates, arándanos, mejillones o avellanas. Anota en tu lista de la compra estos diez alimentos que no podrán faltar en tu nevera estos meses.
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Aguacate
El alimento de moda. Unos lo consideran fruta y otros verdura, pero lo que está claro es que por su alto contenido en vitamina C y por el aporte de grasa monoinsaturadas, los aguacates protegen el sistema cardiovascular y bajan el colesterol malo. Que no falten en tus desayunos.
Berenjenas
Es una de las mejores verduras para tomar en verano. Dale un descanso a tu hígado con una buena ración de berenjenas, que te ayudarán a depurar el alcohol y las toxinas que acompañan a estas fechas. Puedes tomarlas fritas, rebozadas, rellenas...
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Arándanos
¿Eres propensa a sufrir cistitis en verano? Pásate a los arándanos y aléjate de este mal que suele perseguirnos en cuanto llega la temporada de piscina o playa. Los frutos rojos (fresas, arándanos, moras) son ricos en vitamina C y ayudan a nuestro sistema inmunológico a combatir enfermedades.
Semillas de lino
El lino es un gran aliado para combatir el estreñimiento o las diarreas que los viajes y cambios de agua suelen provocar. Puedes tomarlas en remojo o triturarlas, para disfrutar de su alto contenido en fibra y mejorar el tránsito de tu intestino. Notarás una tripa mucho más ligera.
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Mejillones
Contienen yodo, selenio, vitamina B12, hierro, colesterol, sodio, agua, fósforo y cinc. Junto con las almejas, son ricos en proteínas, que sirven para crear y reparan nuestros tejidos corporales. Además, ¡puedes tomarlos de muchas maneras!
Avellanas
Los frutos secos son imprescindibles siempre. Pero en verano, las avellanas son un gran complemento para proteger a la piel después de la exposición solar. Con su alto contenido en vitamina E, te ayudarán a hidratar y nutrir la piel desde dentro.
Anchoas
Como las sardinas, el atún o cualquier otro pescado, las anchoas contienen altos niveles de grasas Omega-3, que gracias a su carácter antiinflamatorio pueden ayudar a aliviar la inflamación en la piel si has sufrido quemaduras por el sol, por ejemplo.
Higos
Son ricos en vitamina C, betacarotenos, potasio, magnesio, calcio y fósforo, y tienen efectos antioxidantes. Además, están compuestos por un 70% de agua, lo que convierte a los higos en una fuente de hidratación idónea. Combínalos con la sandía y el melón.
Manteniendo una alimentación equilibrada, nuestro cuerpo se adecuará mucho mejor a las altas temperaturas y llevará mejor los cambios de actividad o incluso de ritmo. El tomate, el bonito, el pimiento, el melocotón, la ciruela, la lechuga... las posibilidades son infinitas. Muchos de estos alimentos también tienen propiedades depurativas.
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