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Las contracciones de Braxton Hicks: ¿sabes cómo son y por qué se producen?

por Noelia Murillo ,
Las contracciones de Braxton Hicks: ¿sabes cómo son y por qué se producen?© GettyImages

Para muchas madres, sobre todo las primerizas, la maternidad es una fuente de preguntas y dudas relacionadas con los cambios de su cuerpo ante la llegada del bebé, el nuevo integrante de la familia.

Si bien es cierto que solemos asociar las contracciones a los momentos previos al parto, es importante saber diferenciarlas de las denominadas Braxton Hicks, que aparecen a lo largo del embarazo. Éste es uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer, que ve cómo su vida cambia semana tras semana mientras espera dar a luz al bebé que sobre el cual girará el mundo desde entonces.

Es por eso que, sobre todo las primerizas, suelen tener dudas frecuentes sobre si lo que sienten o lo que les ocurre es normal y forma parte del proceso de gestación, como los antojos, las náuseas, los dolores de cabeza o los cambios de humor.

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Pero como bien dice la expresión "no existe la madre perfecta, pero sí la embarazada preparada" y, por ese motivo, queremos intentar ayudarte a aclara las dudas que puedas tener en cuanto a las reacciones desconocidas de tu cuerpo durante los que serán los nueve meses más cambiantes de tu vida en general y de las contracciones de Braxton Hicks en particular.

¿Qué son, por qué se producen y con qué frecuencia aparecen?

Las contracciones de Braxton Hicks reciben su nombre del médico inglés John Braxton Hicks, un especialista en el campo de la obstetricia (es una sección de la medicina que se ocupa del embarazo, el parto y el período posterior al alumbramiento) que descubrió que muchas mujeres experimentaban contracciones durante la gestacion sin ningún indicio de que fueran a dar a luz. Esto se debe a que, generalmente, las contracciones suelen estar asociadas al parto, puesto que con ellas tiene lugar la dilatación del cuello del útero y la consecuente preparación al mismo.

Sin embargo, las contracciones de Braxton Hicks se diferencian de estas otras porque son esporádicas, tienen menor duración que éstas y, ademas, no son tan dolorosas (algunas mujeres incluso no las notan hasta que no avanzan las semanas del embarazo) como las que permiten la dilatación uterina.

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En realidad, son una especie de calambres irregulares (unos tienen mayor intensidad que otros) muy similares a los denominados cólicos menstruales que sufren las mujeres con reglas regulares cuando tienen el periodo o les va a bajar la regla. Quedan exentas de estos dolores leves, por supuesto, las terribles contracciones que experimentan aquellas mujeres diagnosticadas de dismenorrea secundaria, con enfermedades silenciosas a la par que dolorosas como la adenomiosis o la endometriosis.

Generalmente, estos dolores leves suelen afectar a la zona del abdomen, independientemente de la posición en la que te encuentres, por lo que es habitual que esta zona se endurezca debido a las frecuentes contracciones. Sin embargo, las contracciones que indican el inicio del parto, ademas de más dolorosas, son más profundas y se extienden hasta la zona de la pelvis y lumbar.

Entre las características de estas primeras contracciones destacan que no aumentan de frecuencia (como sí que lo hacen las previas al parto, lo que también te puede ayudar a diferenciarlas), aparecen y desaparecen de forma impredecible, con ellas se endurece el abdomen y no alcanzan los 40 segundos de duración, aunque depende principalmente de la complexión de la embarazada. No obstante, con el tiempo, estos rasgos irán cambiando a modo de preparativo ante el parto real.

En cuanto al por qué se producen las contracciones de Braxton Hicks, podemos deducir que en realidad son ejercicios de preparación natural e involuntaria del útero, muy frecuentes y más comunes de lo que pensamos a medida que el embarazo avanza y que, con el tiempo, empiezan también a ser dolorosas semana tras semana. De algún modo, "preparan" a la embarazada para las contracciones pródromos (las previas a la dilatación del útero) y las contracciones de parto (que vienen despues de estas ablandan o "borran" el cuello uterino con el fin de que el bebé tenga espacio para salir).

¿Qué debo hacer cuando tengo estos síntomas?

Como hemos dicho, muchas futuras mamás confunden estas contracciones con las contracciones de parto, pero generalmente éstas se dan mucho antes del esperado dia, alrededor de la semana 28 o 30 (aunque tambien se producen en algunas mujeres semanas antes, alrededor de la semana 20). En cualquier caso, primero, conviene mencionar los posibles motivos por los que se producen o qué provocan las contracciones de Braxton Hicks durante el embarazo.

Aunque estos calambres no tienen una explicación científica, puesto que los músculos del útero se pueden contraer en muchos casos, ya sea durante la menstruación o durante el sexo (lo cual, muchas veces, viene acompañado por dispareunias), existe una serie de "causas" frecuentes por las que se producen, como la deshidratación, la actividad sexual (de ahí a que hayamos mencionado anteriormente la contracción de las paredes uterinas), el ejercicio físico, la vejiga llena o el estrés.

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En cualquier caso, el endurecimiento del abdomen es algo completamente natural y el cuerpo debe volver a su ser después de estas contracciones. Si bien es cierto que se producen con frecuencia en mujeres más habituadas al ejercicio físico, cualquier mujer puede tenerlas a lo largo del embarazo, especialmente en las últimas semanas.

Aunque pueden llegar a ser molestas, hay que prestar atencion a los síntomas, ya que si se producen con demasiada frecuencia y producen mucho dolor, entonces es necesario consultar a un médico o a un especialista que te pueda examinar. Junto con tu médico, la matrona puede darte algunas indicaciones para que puedas aliviar cada contracción. Por ejemplo, aunque parezca algo muy sencillo, una forma de reducir su intensidad es cambiando de postura, dándote un baño de agua caliente (sin superar los 30 minutos de duración) o acostándote de lado en la cama para guardar reposo.

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Además, también puedes probar tomando un gran vaso de agua para evitar la deshidratación o practicar ejercicios de respiración, que generalmente se suelen impartir en las clases de preparación al parto. Junto con el cambio de posición y las técnicas de respiración, puedes caminar y dar un paso corto, intentar orinar e, incluso, hacer yoga para mantener tu cuerpo relajado y reducir los segundos de molestias en el abdomen.

Si estas molestias se salen de lo normal y son más agudas de lo que deberían, debes visitar con urgencia a tu médico, puesto que si viene acompañado de otros síntomas propios del parto prematuro (sangrado vaginal, dolor en la zona lumbar, presión en el pubis...), es peligroso tanto para ti como para tu bebé.

¿Qué las diferencia de las contracciones de parto?

Las contracciones de parto se diferencian mucho y muy bien de las contracciones previas al parto, principalmente porque son indoloras y esporádicas. Como hemos visto, la intensidad de las Braxton Hicks se ve reducida conforme pasa el tiempo y, ademas, no llegan a ir mas allá de la zona abdominal. Pero, al contrario de estas, las contracciones que se suceden antes del alumbramiento no se pueden disminuir con un simple cambio de posición o con ejercicios de respiración y el dolor, lamentablemente, es de todo menos normal.

Como hemos mencionado anteriormente, la contraccion de Braxton Hicks "preparan" al cuerpo para que el parto sea más sencillo, puesto que en cierto modo ablandan el cuello del útero y permiten que después, cuando des a luz puedas alcanzar una dilatación más grande y menos dolorosa.

En realidad, hay varios síntomas previos que te pueden avisar de que te vas a poner de parto. Uno de ellos es la expulsión del llamado "tapón mucoso", una secreción de tacto líquido y gelatinoso que suele ir acompañada de sangre y que se desprende del cuello del útero tras haber funcionado como barrera entre este y la zona vaginal durante el embarazo. Esto puede ocurrir entre una y dos semanas antes de dar a luz.

A este se añade la rotura de aguas, de modo que ambos procesos dan indicios de un parto inminente con sus contracciones previas. Éstas empiezan a aumentar su intensidad de forma progresiva, como tambien lo hace su frecuencia. Asi, indican que el cuello del utero se esta empezando a ablandar y a aplanarse hasta ser "borrado". Conforme se vaya acercando el momento, cada contracción será más fuerte y mas duradera, llegando a alcanzar los 60 segundos, cada 10 o 5 minutos. Esta vez, además de en la zona abdominal, notaras perjudicada la zona de la pelvis y la zona lumbar.

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Una vez tu bebé haya salido de tu vientre (ya sea por parto prematuro, por cesárea o por parto natural) seguirás sintiendo las denominadas contracciones postparto o entuertos. De nuevo, sentirás cómo tus cuerpo responde a todos los cambios que se ha visto obligado a hacer a lo largo de las semanas previas.

El objetivo principal de estas es reducir la matriz a su tamaño natural, así como eliminar líquido biológico y restos de membranas procedentes de la zona del útero, en el lugar que ocupaba la placenta. Lógicamente, si has tenido mas dos (mellizos, gemelos) o mas bebés, tu cuerpo necesitará un número mayor de entuertos para recuperarse.

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En cualquier caso, ¡no te preocupes! El mundo de la maternidad y de los bebés es tan intenso como hermoso. Podrás aprender a diferenciar y controlar los cambios semana tras semana gracias a la informacion que te puede dar tu matrona o tu médico, asi como cuáles son las mejores posturas para estar cómoda en la fase final gracias a las clases de preparación al parto.

No te hagas un lío con los nombres y los significados de cada palabra y disfruta de este nuevo diccionario de vida y niños para mamás al que tienes que acostumbrarte en esta nueva etapa. ¡Comienza una nueva aventura que te encantará!

Noelia Murillo
Noelia es redactora de enfemenino, un medio con el que ha experimentado por primera vez la escritura de artículos relacionados con la maternidad, la salud y la belleza. Se graduó …
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