No, no estás leyendo mal. No se trata de una nueva moda ni de un tipo de dieta para adelgazar. Según la FAO, agencia dependiente de Naciones Unidas, deberíamos incluir en nuestra alimentación más cantidad de insectos. ¿El motivo? Al parecer tienen un alto valor nutritivo y aportan a nuestro organismo una gran cantidad de proteínas.
A principios de 2018, la Unión Europea dio luz verde a su comercialización en tiendas, así que no te extrañe si la próxima vez que vayas al súper, la típica persona que te da a probar muestras de un nuevo producto te ofrece unos gusanos fritos. A partir de ahora se podrán comprar directamente en cualquier comercio que decida venderlo.
Seguro que al leerlo estás pensando: ¡qué asco! Y así es: en la población occidental está bastante arraigado el sentimiento de asco a los bichos, pero muchas culturas a lo largo y ancho del planeta los consumen desde tiempos inmemoriales y son parte indispensable de su dieta. En Asia y América es común incluirlos en las comidas y llegan a crear incluso platos exquisitos y de alto nivel en los que son el principal ingrediente. Se calcula que más de 2.000 millones de personas ya los consumen de forma habitual y que, además, el escarabajo es el favorito.
En China, por ejemplo, es bastante común encontrar cucarachas o escorpiones fritos. En México se consumen con cierta frecuencia unos saltamontes conocidos como chapulines. Y si nos vamos a un país algo más cercano, que sepas que en la isla de Cerdeña se consume un queso muy parecido a la torta del Casar pero que contiene ¡gusanos vivos! Se llama queso Marzu y sólo lo podrás encontrar allí.
Los beneficios de comer insectos
Quizás tú también cambies de opinión e incluyas insectos en tu dieta diaria cuando leas la cantidad de beneficios que aportan a tu organismo, a nivel laboral e incluso al medio ambiente. Asqueroso, sí, pero muy beneficioso.
Al parecer, los insectos son una enorme fuente de proteínas. Su consumo es mucho más saludable que el de la carne, ya que no tienen grasas perjudiciales. Pero no es el único nutriente que puedes obtener. Los grillos son muy populares por su alto contenido en hierro. Si tienes la temida anemia, quizás debas plantearte picar unos cuantos.
Son muy rentables a la hora de criarlos. Se necesitan únicamente dos kilos de pienso para generar un kilo de insectos comestibles, mientras que para obtener un kilo de carne de vacuno se necesitan ocho kilos de pienso. La diferencia es considerable. Y otra buena noticia. El consumo de insectos contribuye a cuidar el medio ambiente. ¿No te lo crees? Te explicamos el porqué.
Teniendo en cuenta la cantidad de pienso y recursos que hace falta para mantener la industria ganadera, podrás hacerte una idea de que sale mucho más barato y sostenible criar bichitos antes que vacas o cerdos, por poner un ejemplo. Además, el espacio que tiene que ocupar un criadero es mucho menor. No se puede comparar lo que ocupa un gusano a lo que ocupa una vaca, no hay color.
Tampoco necesitan tratamientos de antibióticos ni producen tanta cantidad de residuos. Y por si no lo habías pensado, al comernos los insectos, el uso de pesticidas para acabar con ellos se reducirá, lo que implica un menor nivel de contaminación atmosférica. Además, si finalmente su consumo se populariza, la creación de esta nueva industria podría generar más puestos de trabajo.
Comes insectos y no lo sabías
Así es, ingerimos casi a diario insectos sin que nos demos cuenta. Pensarás que no, que es imposible, pero ¿sabías que el color rojo de algunos de los alimentos que consumimos se consigue de las cochinillas? Sí, así es. La industria de la alimentación hace tiempo que utiliza insectos para conseguir otros alimentos. El ketchup, sin ir más lejos, consigue ese tono rojizo gracias a un colorante que se extrae de las cochinillas.
Otros los comemos de forma inconsciente. La fruta y la verdura que proviene del campo no se cultivan en un entorno completamente aséptico, aunque utilicen pesticidas para eliminar "visitantes". Se calcula que ingerimos entre 400 y 900 gramos de insectos por persona y año. Te ponemos unos ejemplos. En un trozo de brócoli congelado se pueden encontrar fácilmente pulgones; en un zumo de naranja, moscas de la fruta; y en el chocolate, ese rico manjar que nos provoca adicción, puede haber varios exoesqueletos de insectos. Puedes verlo como un extra de nutrientes para el cuerpo.
En internet puedes encontrar recetas y tiendas online donde poder comprar productos hechos con insectos. Desde orugas fritas con sabor barbacoa, hasta barritas energéticas hechas a base de grillos para después de una buena sesión de gimnasio. También están abriendo nuevos restaurantes que ofrecen entre sus platos delicias preparadas con este peculiar ingrediente.
Ya te hemos contado los beneficios que aportan. Ahora que ya tienes toda la información, es decisión tuya superar el asco que te puedan producir y probarlos o no. Lo que no debes hacer nunca es comer los insectos que encuentres en casa o en el jardín. Pueden contener un alto nivel de pesticidas y su cría no ha estado controlada. Innova, pero hazlo con cuidado. ¿Te atreves a probarlos?
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