Lograr un vientre plano requiere trabajo. Eliminar la grasa abdominal es difícil, pero mantenerlo plano en la vida moderna, marcada por el estrés y los ritmos acelerados, también lo es. La alimentación es la base de cualquier figura tonificada, pero el deporte es clave para mantener la masa muscular y evitar los michelines.
Cuando los ejercicios habituales para aplanar el vientre no son suficientes, incluso con una alimentación equilibrada, puede que el problema tenga una causa inesperada: tu manera de respirar. La buena noticia es que una mala respiración se puede corregir, y existe un ejercicio genial pero poco conocido: el “crocodile breathing”.
El centro de fisioterapia Accelerate Therapy & Performance reveló este secreto que no solo ayuda a aplanar el abdomen, sino también a aliviar molestias y mejorar el movimiento en la vida diaria. Según sus expertos, es transformador para “cualquier persona con poca activación del core y dificultades con ejercicios como las planchas, sentadillas o peso muerto”.
Crocodile breathing: la “respiración del cocodrilo”, el ejercicio vientre plano “mágico”
Este ejercicio aparece en un contexto donde respiramos mal casi sin darnos cuenta. El estrés nos hace respirar con el pecho en lugar de con el abdomen. Resultado: usamos mal nuestro cuerpo y limitamos su rendimiento. Según Accelerate Therapy & Performance, esto provoca una “disminución del rendimiento en el gimnasio” y reduce los beneficios de los ejercicios abdominales.
La respiración del cocodrilo, basada en la utilización correcta del diafragma, nos devuelve el hábito natural de respirar con el abdomen. Así, refuerza la faja abdominal y nos ayuda a activarla tanto en el día a día como en el deporte. El experto asegura: “Cuando tu diafragma funciona bien, todo lo demás se alinea: tu postura, tu core, tu sistema nervioso e incluso tu nivel de energía”. Este músculo central, a menudo descuidado, permite reforzar el abdomen desde dentro. “La respiración del cocodrilo es como entrenar el tronco desde el interior”.
Cómo realizar la respiración del cocodrilo paso a paso
Para lograr la correcta presión intraabdominal, hay que imaginarse como un cocodrilo.
- Túmbate boca abajo en el suelo, como escondido pero atento.
- Apoya la frente sobre tus manos entrelazadas.
- Estira las piernas con los dedos de los pies apuntando hacia afuera.
- En esta posición, céntrate en respirar profundamente hacia el abdomen y las costillas inferiores, no hacia el pecho ni los hombros.
- Inspira lentamente por la nariz durante 3–4 segundos, llenando el vientre de aire sin despegar el pecho del suelo.
- Expira por la boca durante 4–6 segundos, “sintiendo que tu cuerpo se funde con el suelo”.
Repite entre 10 y 15 respiraciones. Durante la inspiración, notarás presión en el abdomen y expansión en los costados y la parte baja de la espalda. Evita contraer los abdominales o tensar los hombros. Aunque al principio parezca extraño, con la práctica reprogramarás años de respiración disfuncional.
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¿Con qué frecuencia practicar el crocodile breathing para un vientre plano?
El secreto está en la regularidad. Incorpóralo a tu rutina 1 o 2 veces al día. En cuanto a repeticiones, basta con 1 o 2 series de unas 10 respiraciones para reaprender a usar el diafragma. Según el experto, el mejor momento es por la mañana o antes de entrenar.